Los Sentidos
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Sexto sentido: Es la capacidad que tienen para detectar con anticipación los cambios atmosféricos. Es común observar las corridas por un potrero en los días de mucho viento y el ubicarse de cola al viento y/o a la lluvia en los días de temporal.
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Formas de Comunicación
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Como ocurre con todos los animales, el caballo también tiene un carácter particular y diversas formas de comunicación que le son propias. El lenguaje que los equinos es muy extenso y específico, por lo tanto es necesario conocer a fondo las características del comportamiento para lograr una buena comunicación.
La forma de comunicarse es perfectamente visual y gestual por cuestión de protección, ya que cualquier tipo de comunicación sonora o auditiva puede advertir a posibles depredadores de la existencia de una manada o grupo de caballos. Sin embargo la emisión de sonidos como el gemido y el relincho es utilizada pero en menos proporción.
La cara es la que posee los indicadores básicos del estado de ánimo y comportamiento del equino. Por ejemplo si un caballo muestra sus dientes puede querer demostrar amor, deseo, apetito o enojo, dependiendo de la situación
Con respecto a la comunicación sonora, es imprescindible diferenciar entre el gemido y el relincho. El primero es corto y débil, de baja tonalidad y siempre expresa sensación de dolor. El relincho, en cambio, puede demostrarse en formas diversas que ponen de manifiesto situaciones y sentimientos diferentes.
Nótese que los caballos enteros tienen el relincho más fuerte que las yeguas y que los equinos capones, los cuales relinchan muy poco.
a pesar de que el caballo no emite muchos sonidos, deberemos saber qué significa cada uno de ellos:
Símbolo de energía, sus movimientos también nos informan sobre el estado del caballo:
El hombre, como la mayoría de los animales, tiene las orejas fijas. Por tanto, para localizar el origen de un ruido debe girar la cabeza. Cuando el caballo pasta entre hierbas altas no puede ver lo que le rodea. Para poder detectar y localizar un peligro eventual, la naturaleza no solo le ha dotado de un oído muy fino, sino también de pabellones móviles. Así pues, al orientar cada una de sus orejas puede escuchar ruidos procedentes de diferentes direcciones sin mover la cabeza.
La movilidad de las orejas del caballo tiene más utilidades aparte de localizar el origen de un ruido. Las utiliza también para hacerse comprender y comunicar.
El caballo joven, todavía no acostumbrado a su jinete, gira frecuentemente las dos orejas hacia atrás.
Cuando el caballo dormita, sus orejas están caídas. Si al menor ruido no las endereza con atención, considera que está enfermo o muy fatigado.
Al lanzarse sobre un enemigo, con la gran boca abierta, el caballo hace desaparecer prácticamente sus orejas pegándolas a la nuca. Las protege así de eventuales mordeduras, es así como después de la pelea, raramente se observan heridas en las orejas
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El Caballo y el Hombre
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Hay que decir que las expresiones faciales humanas no tienen ninguna significación para el caballo y nuestras sonrisas o expresiones de enfado no les afectan en nada
La relación del hombre y el caballo es un tema muy amplio, que merece un espacio exclusivo. Por ahora transcribimos esta breve síntesis que sugiere la magnitud del tema.
"Durante siglos, el caballo ha tenido una relación única con la raza humana. Se ha utilizado para el trabajo, para la guerra, como mensajero o como objeto de belleza, para el deporte y para el placer, trabajando en las minas o en ocasiones ceremoniales, para el ocio y la caza. También ha sido el protagonista de grandes obras de arte de todo el mundo."
En la historia de nuestro país hubo dos grandes utilizadores del caballo: el gaucho y el indio. Ellos generaron una relación sumamente especial, en la que se incluye el aspecto utilitario, ya que fue un medio de transporte único para conseguir alimento, para trabajar, para pelear, para huir, para viajar... y el aspecto afectivo, que lo constituye en un compañero inseparable que compartía la mayoría de los lugares de la vida, social e individual, de estos hombres.
En ciertos casos, por decisión propia - este animal que tiene la capacidad de despertar en algunas personas una admiración y un valor afectivo tal que ninguna otra especie doméstica ha podido lograr- ha salvado vidas humanas.
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ESTRUCTURA SOCIAL: LA MANADA
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La unidad social fundamental de los caballos es la manada. Una manada típica cuenta con unos 6 caballos, aunque no es raro encontrar grupos de hasta 20 animales. La composición de la manada es de varias yeguas que se hallan bajo el control de un sólo semental. Esta estructura social recibe el nombre de harén.
Durante los movimientos de la manada, el semental suele situarse detrás del grupo, desde donde dirige los movimientos de los demás caballos. Ante un ataque, el semental avanzará y se colocará al frente de la manada para enfrentarse al intruso agresor.
En cada manada existe un estricto orden jerárquico que coloca a cada caballo en una posición concreta dentro de la escala de poder. La estabilidad de la jerarquía suele ser bastante elevada, si bien puede modificarse ante eventualidades como la enfermedad o la muerte de algún caballo o la llegada de un nuevo caballo a la manada.
Los potros nacidos dentro de la manada suelen abandonar el grupo una vez alcanzada la pubertad. Una vez fuera del grupo familiar el potro, ya sea macho o hembra, buscará a otros animales en su misma situación con los que constituir una manada juvenil.
Las manadas juveniles pueden estar formadas exclusivamente por machos o por machos y hembras. En el futuro, estos grupos llegarán a convertirse en nuevas manadas. A veces, un potro puede adoptar una vida solitaria hasta que encuentra una manada a la que unirse.
¿QUIÉN LIDERA EL GRUPO?
El semental suele ser el jefe de la manada. Sin embargo, en algunos casos es la hembra más veterana la que se convierte en líder del grupo. En este sentido, la antigüedad en el grupo parece ser el principal determinante de dominancia en los caballos.
CARACTERISTICAS
¿DEFIENDEN SU TERRITORIO?
Al contrario de lo que pueda pensarse los caballos defienden a su grupo y no un determinado espacio. El caballo no es pues una especie territorial en el sentido estricto de la palabra. Así, si un intruso se acerca al grupo será advertido y finalmente atacado por haberse acercado a la manada y no por haber traspasado unos límites territoriales concretos.
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La Psiquis y el Carácter
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El caballo es un animal instintivo que aprende a través del reflejo condicionado, y lo fija en su memoria retentiva. Tiene una gran capacidad de memoria.
En general, no es un animal agresivo, es, más bien, temeroso y sensible al dolor. Posee la capacidad de huir a gran velocidad. Le es propio un instinto gregario muy desarrollado expresado al vivir en estado salvaje formando manadas.
Dentro de este grupo organizado socialmente los más jóvenes aprenden de la observación del comportamiento de los adultos.
El temperamento es nervioso, lo que está muy relacionado con la genética, con la raza y con el orden social dentro de una manada.
El equino duerme muy pocas horas por día y lo hace echado; parado sólo suele dormitar y esto lo hace varias veces al día, manteniendo un perfecto equilibrio sin realizar grandes esfuerzos, gracias a la capacidad exclusiva que tiene para trabar las articulaciones de la rodilla de sus miembros posteriores.
Los caballos son criaturas tímidas y la visión de una cosa extraña puede despertar en ellos el reflejo de la huida. El hombre reflexiona la mayor parte del tiempo antes de actuar. Por su seguridad los caballos actúan antes de reflexionar. De hecho, los caballos no reflexionan, en el sentido en que no tienen capacidad para ello y no pueden analizar la importancia de un peligro cuando se encuentran frente una nueva experiencia.
Felizmente, la tendencia al miedo disminuye con la experiencia y la madurez, sobre todo cuando los caballos son frecuentemente montados en el exterior por un jinete/amazona tranquilo y competente, que no duda en usar la fusta o las espuelas. Aunque sea muy agradable, pasearse con las riendas alargadas no es siempre muy prudente cuando se sabe que el caballo puede desbocarse con el menor pretexto. Cuando se sabe que existe el riesgo de cruzarse con un tractor o un camión en un camino estrecho y sinuoso hay que ceñir las riendas.
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Las Peleas
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Los equinos no tienen hábitat exclusivo, lo comparten y, a veces, lo disputan con otras manadas, lo que genera peleas entre padrillos de diferentes grupos. Existe en estas situaciones una actitud muy características: el macho se ubica delante de sus yeguas y balancea el cuello como forma de amenaza a su rival. Si el contrincante no se retira, el paso siguiente es la actitud de intentar a morder a su rival, y si con esto tampoco se retira, generalmente, se muerden y se patean. Los sitios más comunes en que se lesionan son: el cuello, la parrilla costal, y la zona genital. Difícilmente se maten en una pelea.
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