DE TODO UN POCO!!!
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Este es un tema muy importante porque el buen trato hace amigos y, después de todo tu caballo es uno de tus mejores amigos ¿o no?
En primer lugar debes conocer y familiarizarte con el comportamiento y hábitos normales y naturales del caballo, de no conocerlos cuando tu caballo se sienta enfermo, presente comportamientos anormales o simplemente trate de decirte algo, ni te enterarás, mucho menos lo entenderás y, lo más grave, si necesita atención médica no la recibirá a tiempo.
Como en tus relaciones con amigos o familiares, el maltrato no es lo mejor si de establecer vínculos sólidos y sanos se trata, así que debemos tener mano suave y dócil también con nuestros caballos. Si un caballo era muy manso, dócil y manejable, puede volverse rebelde y agresivo a consecuencia de una mala actitud de tu parte o del personal que lo atiende porque no ha recibido cariño, buen trato ni paciencia por parte de la gente. Por el contrario, si tienes un caballo muy rebelde, feroz, al que no te puedes ni acercar, ten por seguro que con tiempo, paciencia, dedicación, palabras bonitas y caricias, lograrás que el animal baje la defensa y pronto será uno de los caballos mejor portados, manejable y agradecido de la cuadra.
Siempre que te acerques a un caballo o que entres a su caballeriza debes hablarle al caballo para que oiga cuando te aproximas y no lo tomes por sorpresa. Tu voz debe ser suave y armónica. Acércate poco a poco con seguridad por cualquiera de sus costados para que te vea - nunca por detrás porque seguramente recibirás una patada- , incluso del caballo más manso y dócil. Ya que estés cerca de él, acarícialo y dale pequeñas palmaditas en el cuello, en el pecho o sobre el dorso; sigue hablándole tiernamente y comienza a deslizar tu mano hacia la cabeza. Nunca hagas movimientos bruscos ni muestres miedo o inseguridad porque estos animales son muy nerviosos y seguramente el caballo pensará que le vas hacer algo malo, sin que sea tu intención hacerlo u olerá la adrenalina que desprendes al tener miedo, se lo contagiarás y todo será un fracaso.
Siempre que te acerques a un caballo, debes estar lo más seguro de ti y pegado lo más que puedas a él, fijándote que no te vaya a pisar porque es muy fácil que sufras una patada o pisada, en cambio si estás muy pegadito al caballo, lo más que puedes recibir es un empujón y de eso nadie se muere.
Todos estos pasos hay que seguirlos cuando quieras atarlo dentro de la caballeriza, para sacarlo de ella, cuando quieras trabajarlo, cuando lo ensilles, para cepillarlo, para bañarlo, en fin, para todo.
Recuerda atar siempre a tu caballo dentro o fuera de su caballeriza, haz un nudo en la cuerda fácil de deshacer por si fuera necesario desatarlo rápidamente sin lastimarlo.
¡Recuerda! el lenguaje de todos los animales es corporal y debemos tener la capacidad de poder entenderlo para prevenir o atenderle a tiempo pase lo que pase y sea cual sea el motivo de sus reacciones y movimientos. Verás que una vez aprendido su código se llevarán ¡de mil maravillas
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Cuanto más inteligente sea un caballo, más despierto será y más ganas tendrá de jugar. Esto nos dice además que se trata de un buen caballo para trabajar y que seguramente aprenderá con facilidad; pero debemos ejercitar su inteligencia jugando con él.
El juego reporta gran cantidad de ventajas, tanto para el domador como para el caballo:
Tenga en cuenta estas premisas a la hora de jugar con su caballo:
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Si hay algo que resulta imprescindible en el adiestramiento de un caballo, sobre todo cuando éste es joven, es la necesidad de establecer una relación de confianza entre el jinete y el animal. Un trabajo para el que se requieren grandes dosis de paciencia.
Algunos buenos consejos para conseguirlo son:
Con estos pasos, de forma calmada, conseguiremos ganarnos su confianza; pero eso sí no deberemos tener prisa en ningún momento, puesto que eso podría echar por tierra el trabajo andado.
Debemos tener en cuenta que si el caballo confía en nosotros nos será mucho más fácil limpiarlo, colocarle el equipo.... Recordemos que un caballo, sobre todo si es joven, nunca debe ser obligado a hacer algo, sino convencido para hacerlo. |
El sistema de premios y castigos es el más comúnmente utilizado, no sólo para el adiestramiento de caballos, sino también para el de otros muchos animales. Se basa en asociar a determinados comportamientos unas sensaciones agradables y a otros sensaciones desagradables, que a la larga motivarán al animal a hacer o a dejar de hacer unas y otras.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que un caballo puede aceptar un castigo si entiende su por qué; pero nunca lo aceptará sin que se le de una "explicación" (relacionarlo con un comportamiento indebido) y puede llegar a rebelarse.
Además, para que un caballo relacione una acción como correcta o inadecuada el premio o el castigo deberán dársele de forma inmediata.
Por último conviene que tenga en cuenta que no se puede domar a un caballo si no se hace de forma autoritaria, ya que está dentro de su naturaleza. Un castigo dado a tiempo evitará que pierda el control sobre el caballo; pero nunca este castigo deberá ser fuerte o causar daño al animal. Debemos evitar los castigos de carácter emocional cada castigo deberá ser diferente, ya que de otra forma el caballo lo esperará y podrá reaccionar antes de darnos tiempo de hacerlo efectivo.
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